La testosterona es la hormona sexual más importante que tienen los hombres, producida en los testículos.
De ella, dependen las características típicamente masculinas, puesto que influyen en el mantenimiento de huesos y músculos, así como el vello facial, púbico y corporal. Mantiene el impulso sexual, el estado de ánimo, la distribución de la grasa, las funciones cognitivas y la producción de esperma, entre otros.
El cerebro y la glándula pituitaria controlan la cantidad de testosterona que producen los testículos; a medida que se envejece, van disminuyendo sus niveles progresivamente.
Esta hormona aparece durante la vida fetal, cuando los testículos son estimulados por la placenta de la madre con el fin de producir testosterona y que continua hasta las 10 semanas posteriores al nacimiento aproximadamente y que no se sigue produciendo hasta el comienzo de la pubertad.
En este momento, se estimula el cerebro de manera que vuelve a producirla considerablemente y manteniéndola durante la mayor parte del resto de su vida.
Influye también en el cerebro, produciendo, por ejemplo, dopamina, el gran antidepresivo natural, al igual que acetilcolina, neurotransmisor de la memoria, que la mejora.
La capacidad cognitiva está estrechamente relacionada con la testosterona, sobre todo en hombres jóvenes y de edad avanzada.
El denominado hipogonadismo o deficiencia de testosterona puede provocar cambios:
- La función sexual: Disminución del deseo sexual, menor erección o infertilidad.
- Patrones del sueño: Con alteraciones, como el insomnio.
- Físicos: Con el aumento de la grasa corporal, la disminución de la masa corporal o la fuerza, así como la reducción de la densidad ósea, sensibilidad en las mamas o pérdida del vello corporal.
- Emocionales: Disminuye la confianza en uno mismo y la motivación.
Además, puede estar provocado por algún motivo en concreto, como:
- Trastornos genéticos o de desarrollo
- Infección en la zona testicular o tumores
- Enfermedades crónicas, hepáticas o renales
- Lesiones, como algún traumatismo en la zona
- Excesiva exposición a la radiación
- Deficiencias nutricionales
- Uso de esteroides anabólicos en el pasado
Desde The Test, os traemos algunas opciones para cambiar la dieta con el fin de aumentar la testosterona de manera natural:
- Aguacates: con altos niveles de ácido fólico para metabolizar las proteínas y la vitamina B6, que actúan como regulador de la producción de andrógenos.
- Huevos: son una fuente de vitamina D, promoviendo la función inmune apropiada y que produce niveles más altos de testosterona.
- Granadas: disminuye la presión arterial y la ansiedad.
- Espinacas: favorece los niveles de testosterona en sangre.
- Plátanos: son fuente de potasio y vitaminas B, claves para producir hormonas masculinas.
Si notas algunas de estas alteraciones en tu cuerpo o de manera emocional, The Test es tu lugar. Todos los hombres que acuden a nuestra clínica consiguen experimentar un cambio, sobre todo causado por una atención personalizada. Tu salud sexual es lo más importante, te esperamos.