La falta de deseo sexual consiste en un bajo nivel de interés en las relaciones sexuales, donde aquel que la sufre no siente el mismo deseo a la actividad sexual en la pareja.
Esto suele acompañarse de otro problema físico o psíquico, siendo común que se padezca una disfunción sexual al tratarse de un hombre.
Cuando se da la falta de deseo sexual, pueden distinguirse diferentes tipos:
- Primaria: afecta a aquellas personas que nunca han tenido un deseo sexual real; imposibilita la capacidad de tener fantasías sexuales. Se da desde la adolescencia y suele ir a peor durante la época adulta.
- Secundaria: afecta a aquellas personas que sí han disfrutado de un deseo normal pero que han perdido el interés por el sexo.
- Generalizada: la persona que lo sufre no experimenta deseo hacia otras personas.
- Situacional: no se experimenta deseo sexual hacia la pareja, pero sí hacia otras personas.
Las posibles causas incluyen, tanto por tratamientos (fármacos y niveles bajos de testosterona en sangre) como por factores psicológicos, por ejemplo:
- Problema de pareja: Esto se debe principalmente a la falta de comunicación entre la pareja, lo que provoca un distanciamiento en todos los aspectos, con discusiones y conflictos, que hace que no se consideren las relaciones sexuales. En este caso, no se tiene en cuenta la reconciliación como un modo de incitar de nuevo a ese deseo.
- Ansiedad: el exceso de ansiedad puede absorber nuestra atención casi por completo, haciendo que no se les dedique tiempo a otros asuntos que la mente pueda considerar secundarios en ese momento, como puede ser la sexualidad.
- Estrés: a pesar de la liberación de endorfinas que puede provocar el sexo, puede pasar que muchos hombres lleguen a casa cansados después de una larga jornada de trabajo y no se planteen mantener relaciones sexuales, haciendo que disminuya de manera significativa la frecuencia y se pierda el deseo.
- Cansancio: al igual que con el estrés, el cansancio puede provocar una falta de deseo sexual, por el ritmo de vida habitual que pueda llevar cada hombre.
- Disfunciones sexuales, como puede ser la disfunción eréctil.
- Vida sexual poco satisfactoria y el miedo a no satisfacer a la pareja: el sentimiento autoimpuesto de tener que estar a la altura de la pareja y una vida sexual que no sea la deseada puede provocar una falta de deseo sexual que vaya empeorando con el tiempo.
- Trastornos del estado de ánimo: el estado de ánimo puede afectar en gran medida al deseo sexual, habiendo muchas causas psicológicas, como problemas de salud mental.
- Monotonía: la rutina en las relaciones sexuales puede hacer al hombre perder el deseo sexual. Sin probar cosas diferentes ni sorpresas, se acaba la excitación y se imponen las limitaciones. Esto provoca frustración en el ámbito de la pareja.
Es importante también tener en cuenta que el deseo sexual se reduce gradualmente con la edad, lo que puede afectar a la pareja. En el 70% de los casos de la pérdida del deseo sexual, esto se debe a un déficit de testosterona.
Alrededor de un 20% de los varones mayores de 70 años tienen actualmente este problema, aunque también al menos un 5% de los que están por debajo de esa edad, se ven afectados.
Las consecuencias afectan, además de la pérdida del deseo, a problemas de disfunción eréctil. El tratamiento adecuado, así como abandonar hábitos nocivos para la salud, como el alcohol o el tabaco, pueden ayudar a su recuperación.
Con un análisis de sangre, The Test puede determinar la concentración de testosterona en sangre, ayudando a que la tendencia en torno al cuidado de la saludad sexual masculina siga creciendo.